CONFORT TÉRMICO

De todos los servicios técnicos de un edificio, el más sensible a los ocupantes y el más identificado con el confort es la climatización. Podemos definir el confort como un estado de bienestar físico y mental. Los límites extremos, desde el punto de vista térmico, pueden resultar dañinos. Un control adecuado de la temperatura y humedad del medio ambiente permite obtener un mayor confort y la consiguiente mejora del bienestar físico y de las condiciones de salubridad.

Evaluación del Confort

mejorar el confort percibido

Para la correcta evaluación del confort térmico, existen una serie de variables que podemos modificar y otras que no. La temperatura exterior, el tipo de construcción y la humedad relativa del aire son variables impuestas por la localización. La ropa utilizada, abrir las ventanas o el uso de ventiladores en las estancia, ayudan a mejorar el confort percibido en edificios ventilados naturalmente.

Normativa

temperatura y humedad relativa

La normativa aconseja que para tener un confort óptimo, se deben dar las siguientes condiciones: La temperatura en invierno debe estrar comprendidad entre 18 y 22°C. En verano nunca debe ser inferior a 25°C para evitar un consumo excesivo y evitar los cambios bruscos de temperatura entre el exterior y el interior al entrar en la vivienda. La humedad relativa del aire debe ser entre 30 y 70%, la velocidad del aire en los sistemas de refrigeración y ventilación no debe superar 0,25m/sega, a una altura inferior a 2 metros. Los ruidos y vibraciones: deben estar aisladas las zonas de ocupación habitables.

MENU