Las condiciones de trabajo de los distintos componentes de la instalación, deben estar ajustados a los valores previstos en el proyecto, de esta forma, podremos mantener los márgenes de los valores de temperatura y humedad en los ambientes acondicionados, asegurando el confort de sus ocupantes.

Se ha de realizar la comprobación y diagnóstico del estado y limpieza de los sistemas de climatización de forma periódica con el fin de evitar que sea un foco de contaminación. Hay que prestar una especial atención a la evacuación de humos, la existencia de una ventilación adecuada y a la ausencia de contaminantes biológicos (microorganismos, insectos, roedores, etc.), contaminantes químicos (gases, productos químicos) y contaminantes físicos (temperatura inadecuada, ruido y vibraciones, mal diseño o distribución, etc.).

Un aumento de temperatura no controlado producido por algún desajuste, aumenta la probabilidad de que se desarrollen bacterias. Fugas o pérdidas de agua facilitan la reproducción de hongos y bacterias. Las fugas o pérdidas de otros fluidos (aceites, agentes frigoríficos, etc.) pueden causar una contaminación no bacteriana en los ambientes acondicionados.

Por todo esto, es conveniente realizar un seguimiento sistemático y programado, por parte del personal cualificado, de todos los elementos susceptibles de llegar a ser un foco de contaminación y mantener controladas las condiciones ambientales de cada zona del edificio con el fin de poder detectar las desviaciones de forma temprana y corregirlas en el momento.

La calidad del aire en un sistema de climatización, viene determinado por las condiciones físicas del aire, el diseño y distribución de la instalación y por la presencia eventual o permanente de contaminantes de origen orgánicos e inorgánicos. Mantener en buen estado higiénico los sistemas de climatización y ventilación, permite la creación de ambientes confortables con ausencia de agentes patógenos perjudiciales para la salud.

Los efectos adversos de un sistema de climatización en malas condiciones, pueden ser desde simples molestias o trastornos leves para la salud como el stress térmico, la alergia, dolores de cabeza, etc., hasta trastornos graves como es el caso de la legionelosis u otras infecciones bacterianas.